domingo, 25 de noviembre de 2018

Andanzas tomelloseras (y VI): Breve historia de un nombramiento


Termino estas andanzas tomelloseras que comencé el 26 de agosto con la visita al santuario de Pinilla. No es referente a una vivencia en mi pueblo en las vacaciones de verano. Fue el 29 de julio, en el salón de exposiciones de la Casa Regional de Castilla La Mancha, en pleno centro de Madrid, muy cerca de la Puerta del Sol. Como delegado de Madrid de la Causa de Canonización de nuestro paisano Ismael de Tomelloso, participaba en la clausura de la celebración del centenario de su nacimiento cuando terminado el acto recibí la propuesta de asumir la presidencia de la Peña de Tomelloso en Madrid. Por delante todo el mes de agosto y primera quincena de septiembre para decidir. Uno que presume de tomellosero se vio en la tesitura de seguir hablando y escribiendo bien de Tomelloso o ponerse en acción al frente de una Peña tomellosera de reconocido prestigio, pero con grandes problemas para renovar la Junta Directiva propiciada por el paso de los años y el desgaste de buenos tomelloseros afincados en Madrid.


Sin encontrar motivos para negarme al reto decidí presentar candidatura siendo elegido presidente en Asamblea Ordinaria el pasado día 17 de septiembre. Por lo poco que he experimentado en tan solo dos meses he podido descubrir que la Peña de Tomelloso en Madrid tiene una amplia tradición de actividad cultural. En octubre se expusieron las obras de los participantes en la 22ª Edición del Certamen Nacional de Pintura  “Francisco Carretero”, con participación de 17 autores.  El día 13 de octubre se entregó el premio recayendo en una pintora profesional, que días después tuve la sorpresa de conocer que había presentado cuatro obras en la Casa de Vacas del Retiro madrileño, en la primera muestra colectiva del Grupo de Realismo Español Contemporáneo (GRECO), del que forma parte el bueno de Fermín García Sevilla. Resalto este dato para destacar el prestigio de este certamen nacido gracias a la familia de Francisco Carretero.

No menos importante ha sido la exposición de la Asociación de Acuarelistas de Tomelloso y Comarca que tuve la satisfacción de inaugurar hace apenas diez días, agradeciendo especialmente  que hayan querido darse a conocer en la capital de España a través de la Peña. A los que vivís en Madrid o tenéis pensado escaparos un fin de semana os recomiendo que la visitéis, estará expuesta hasta el día 9 de diciembre en la Casa Regional de Castilla La Mancha, calle De la Paz, nº 4. Dieciséis acuarelistas, con edades comprendidas entre los diez y sesenta y ocho años, teniendo como referente al maestro acuarelista Manuel Buendía, dan a conocer sus obras merecedoras de ser vistas para apreciar el valor artístico que contienen.

La decisión más importante adoptada por parte de la nueva Junta Directiva, aprobada en Asamblea Extraordinaria celebrada el mismo día 17 de septiembre, y ya propuesta por la anterior Junta Directiva,  ha sido la de sustituir la denominación de la entidad. Queremos que pase a ser llamada Asociación Cultural de Tomelloso en Madrid. El término Peña creo que no define actualmente la actividad de carácter predominantemente cultural que viene desarrollando. No obstante, el espíritu con el que se creó  la Peña hace ya décadas por ese grupo de tomelloseros residentes en Madrid, seguirá siendo el mismo: por encima de todo, amor a Tomelloso. Una vez que el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior nos notifique la aprobación de la reforma de estatutos, ya podremos llamarnos a todos los efectos Asociación Cultural de Tomelloso en Madrid, donde, para teneros bien informados, Facebook será una de las prioridades en las redes sociales.

Me tenéis para lo que necesitéis como tomellosero residente en Madrid. Las puertas de la Peña están abiertas de par en par a cada uno de vosotros, así como el salón de actos  para cuantas propuestas podáis plantear y queráis  darlas a conocer en Madrid.

Un abrazo de vuestro paisano.

José Vicente Cepeda Plaza



domingo, 18 de noviembre de 2018

Andanzas tomelloseras (V): el maestro quesero


Por el tiempo en el que estamos, con la vendimia recién terminada, sería más propio aprovechar esta entrada para reseñar un tema relacionado con la uva, el vino, hacer referencia a cooperativas vinícolas o bodegas. Pero no, el asunto va de quesos.

Fue en esta pasada Semana Santa cuando concertamos para este verano una visita a la Sociedad Cooperativa de Ganaderos Manchegos, gracias al encuentro con un buen amigo, al que llevaba bastantes años sin ver. Una mañana de agosto, después de atender los quehaceres propios del cargo,  tras recibirnos con la cortesía que le caracteriza y propia de un tomellosero, nos revestimos mi familia y yo con la indumentaria higiénica debida, dispuestos a recorrer las instalaciones de la Cooperativa donde se elaboran los conocidos quesos de nuestro pueblo. Todo un proceso con un control exhaustivo desde que se recibe la leche de oveja manchega el mismo día que se ordeña, hasta que queda a disposición del mercado. Otra particularidad que caracteriza a estos quesos es que no están recubiertos de parafina, tienen corteza sin más, para asegurar que entre el queso y la parafina no hay la más mínima alteración ni desperfecto natural posible.

Las explicaciones de nuestro excepcional guía fueron de lo más interesante. Quedó claro que Tomelloso se distingue también por ser un pueblo de buenos y premiados quesos. Indudablemente que la alta tecnología aporta una garantía esencial para la elaboración de buenos quesos, es una afirmación propia cuando se conoce desde dentro una instalación como la de la Cooperativa. Pero si me tuviera que quedar con un descubrimiento dentro de mi ignorado conocimiento, sería para destacar la de una persona por encima del producto y medios empleados, el maestro quesero. Toda la cadena del proceso de elaboración del queso termina en un profesional, que dictamina la calidad. En la Cooperativa de Ganaderos de nuestro pueblo el maestro quesero no ha cursado estudios en centros de formación, nada de aprendizaje teórico, más de treinta años en la profesión avalan la responsabilidad en sus decisiones sobre la calidad y estado del queso elaborado. 

La visita concluyó gratamente sorprendido por la experiencia vivida y explicada, merced a este gran profesional, excelente persona y tomellosero de pro. Y quedé cavilando sobre la figura del maestro quesero. Y surgió la reflexión: ¡qué importancia en la vida tener un maestro quesero! No profesionales del queso, porque salvo algunas excepciones como la de mi buen amigo, pocos vivimos de la industria quesera,  sino de aquellas personas capaces de orientan a lo largo de la vida. 

No podemos negar que la sociedad que nos envuelve es altamente individualista, hombres y mujeres nos creemos en condiciones de afrontar retos sin contar con el consejo de nadie. Nos creemos dueños de nuestras propias decisiones, y así debe ser, pero, también es verdad, que en la vida el consejo se hace necesario, porque no siempre la decisión se ve clara. En una palabra, podemos equivocarnos. Y si contamos con una persona que nos oriente, que nos muestre que tenemos demasiada parafina, lo cual implica reconocer los propios defectos que nos impide mejorar en lo que más podemos fallar, las posibilidades de acertar y evitar un testarazo, suben.

Fue también en un verano de hace algunos años cuando de regreso a casa en una rotonda se paró un vehículo de pequeña cilindrada. Surgieron los nervios propios de quien tiene delante un coche que no termina de arrancar. Se bajó del coche un hombre entrado en años, y me pidió que por favor empujara su coche con el mío hasta la gasolinera que distaba pocos metros. Se había quedado sin gasolina. Así lo hice. El hombre quedó agradecido. Esto puede pasarle a cualquiera pensé, a cualquiera que sea un tanto descuidado apostillé para mis adentros.


Este buen hombre, más ocupado de otros pormenores propios con su labor, se convirtió poco tiempo después en mi "maestro quesero" hasta que en vísperas de la Asunción de la Virgen falleció. Se llamaba Adriano Casado, bien entrado en los ochenta años, sacerdote. Años y años dentro de un confesonario, en la parroquia de San Alberto Magno, en el barrio de Vallecas, encargado por su dilatada experiencia de orientar a tantos y tantos que buscamos no estar como un queso, sino en dar buen olor y mejor sabor a cada momento de nuestra vida. Un gran recuerdo me queda de este excepcional "maestro quesero", quien por cierto, y con más motivo para recordarle, conoció Tomelloso y fue muy amigo de otro "maestro quesero" que tuve en mi pueblo años antes de venirme a Madrid.

Y como queda el regustillo de hacer referencia a la vendimia, aquí dejo este video.



jueves, 1 de noviembre de 2018

Halloween, ¿Truco o trato?



Durante los siglos XVI y XVII en Inglaterra  los católicos sufrieron persecución por los protestantes. El rey James I y su Parlamento estuvieron a punto de sufrir un atentado que no llegó a perpetrarse porque uno de los conspiradores católicos, Guy Fawkes, traicionó a sus compañeros avisando del apremiante atentado. A pesar de no llevarse a cabo el Guy Fawkes fue ejecutado. La fecha del descubrimiento de la traición empezó a celebrarse por los luteranos con una fiesta divertida donde grupos de protestantes guardaban su identidad para visitar los hogares católicos exigiendo ser abastecidos de cerveza y pasteles. La frase truco o trato (trick or treat) se hizo popular, y la fiesta del “Día de Guy Fawkes” llegada a América se trasladó al 31 de octubre, uniéndose con la fiesta de Halloween.

Los niños adquieren principal protagonismo recorriendo las casas de su vecindario con disfraces propios de la fiesta, y con la frase famosa “amenazan” de broma a los dueños de las casas si no les dan las requeridas golosinas. La fiesta adquirió un especial significado después de la campaña trick or treta para la UNICEF en 1950. Hay mucha similitud entre esta costumbre y el tradicional aguinaldo que piden los niños tras visitar casas y cantar villancicos, una costumbre muy enraizada en los países nórdicos para felicitar la Navidad y que en España todos conocemos. Aquí no hay trato ni truco, sino intención de ganarse unas monedillas o dulces a cambio de hacer pasar un buen momento al vecindario.



Indudablemente que en una y otra fiesta los niños irradian risas, alegría; pero adentrándonos en el trasfondo de Halloween y Nochebuena,  ¿qué representan los niños cuando llaman a la puerta? La noche del 31 de octubre es –disfraces, jolgorio y operación comercial a gran escala a un lado- ¿“disfrutar” que la muerte es el final de la vida? Triste paradoja. Sin embargo, la noche del 24 de diciembre no representa tristeza, tiniebla, malos semblantes; significa luz, esperanza, porque precisamente lo que se celebra es que nos nace Jesús, vencedor de la muerte. Esta es la esperanza cristiana.


Precisamente anoche me llegó un WhatsApp de una amiga y vecina tomellosera. La parte superior de la imagen  tenía una calabaza de Halloween, encerrada en un círculo  con una raya transversal roja. A continuación un mensaje: “Yo no celebro Halloween”. Debajo otra imagen representando el sepulcro abierto donde fue enterrado Cristo, y una vista de luz resplandeciente. Y la explicación: “ porque mi Dios es Dios de vida y no de muerte”. Es una manera muy gráfica de expresar el sentido de una fiesta y otra. Diría más: un modo de cómo afrontamos la vida y la muerte. Podríamos reducirlo todo a esta pregunta: ¿Reir en Halloween o gozar en el Cielo?


Posiblemente Guy Fawkes tenía el pleno convencimiento de que si delataba a sus veleidosos compañeros católicos –no estoy haciendo apología de terrorismo- salvaría la vida. No se veía formando parte activa del complot para terminar con la vida de James I. Y sin embargo, la perdió, no tuvieron piedad de él los que recibieron el chivatazo. De alguna manera este es el mensaje de Halloween. Ríe, diviértete, transmite a los niños y jóvenes que se puede pensar en  la muerte con el disfrute de la vida; pero no servirá para nada.  

Halloween es un truco. El 31 de octubre es la fecha elegida. Hay un trato mejor que comienza el 24 de diciembre. Ésta sí que es la fiesta grande. La de la alegría y la esperanza. Hoy, 1 de noviembre, fiesta de Todos los Santos, mira a qué niños quieres recibir en tu casa. Decide si quieres el truco o el trato. 

Intención mensual del Papa Francisco, con un tema muy candente.