domingo, 8 de octubre de 2017

"Prou.Recumperem el seny"



Justo el domingo anterior al referéndum ilegal convocado en Cataluña, se celebraba en Barcelona la fiesta de Nuestra Señora de la Merced, patrona de esta ciudad. La tradición se remonta al siglo XIII, cuando la Virgen se aparece al comerciante Pedro Nolasco, para fundar una orden religiosa que se dedicase a rescatar a los cautivos cristianos en tierras musulmanas. Era una época donde saqueaban los pueblos de la costa mediterránea para llevarse a cristianos a África como esclavos. Así surgió la Orden de los Mercedarios el 10 de agosto de 1218.

La esclavitud entendida  como privación de libertad y ausencia de elementales derechos fundamentales de la persona está superada en Europa, no así en otras latitudes donde todavía el hombre sigue sometiendo al hombre, sustrayéndole de las debidas condiciones para, incluso en algunas dramáticas situaciones, poder sobrevivir. Pero si bien esas libertades adquiridas desde el periodo de la Ilustración están firmemente asentadas, hay otras libertades no tan claramente ejercidas. Hay libertades de pensamiento, de conductas individuales y colectivas, de costumbres, donde las influencias de unas élites determinan comportamientos. Y si no, pensemos de dónde vienen las modas que visten a nuestros hijos, o quien determina los programas de televisión que marcan récords de audiencia, por poner ejemplos de la vida cotidiana. Somos personas influenciables por otras que buscan unos intereses determinados bajo fórmulas preconcebidas.



Nietzsche fue el filósofo cuyas ideas se plasmaron en la segunda mitad del siglo XX, proponiendo el pleno dominio de una minoría elitista, donde el concepto de lo que es bueno lo deberían ostentar las clases superiores, porque el objetivo era influenciar a las clases inferiores de donde provenía lo malo. Así surgieron monstruos de la talla de Adolf Hitler, nombrado canciller y presidente alemán, gracias a la poderosa maquinaria propagandista de Goebbels. El 19 de agosto de 1934 el pueblo alemán votó por abrumadora mayoría -casi el 90%- convertir a Adolf Hitler, y su partido nacionalsocialista, en dueño de Alemania. ¿Querían los alemanes los principios nazis de la sangre y de la superioridad de la raza? ¿O fue esa élite influyente quien avivó los deseos de llevar a Alemania y a Europa al abismo?


Pero la manipulación de las conciencias es una tentativa muy antigua. Si has leído en alguna ocasión el Evangelio conocerás bien los hechos, el proceso que llevó a la crucifixión de Cristo. No obstante, voy a permitirme recordarte dos pasajes: “Mientras estaba sentado en el tribunal -Pilatos- su mujer le mandó a decir: ´No te metas con ese justo, porque hoy, en sueños, he sufrido mucho por su causa´. Entretanto, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la gente para que pidiese a Barrabas e hicieron perecer a Jesús” (Mt. 27, 19-20). Los dirigentes y gobernantes del pueblo judío aprovechan la mejor ocasión posible, para convencer a los judíos congregados en el pretorio para elegir la libertad de Barrabas en perjuicio de la condena a Jesucristo. El fin no era salvar del patíbulo a un homicida, sino condenar al Mesías. El final ya sabes cuál fue.

La grave situación que atraviesa Cataluña a consecuencia de los deseos secesionistas de una determinada élite política, cuyo principal afán no es otro que desmembrarse de España, marca bien la capacidad de unos por influenciar las conciencias individuales y colectivas de otros. Cualquier persona que resida en Cataluña tiene muy sencillo informarse verazmente de la repercusión política, social, económica e internacional que tiene para su región la propuesta independentista propugnada ilegalmente por sus gobernantes. Basta conocer declaraciones de importantes personalidades políticas, con responsabilidades en órganos de gobierno europeo y mundial. Cataluña sin España sería una región a la deriva, con el agravante de que gran parte de la población estaría esclavizada a los postulados delirantes de una clase dirigente obstinada más en castigar la unidad de España, que de encontrar progreso y bienestar para la inmensa mayoría de catalanes.

Posiblemente estemos en la semana clave que marque las consecuencias de ese referéndum ilegal, todavía el error histórico independentista puede subsanarse. Ayer una gran manifestación convocada por Sociedad Civil Catalana en Barcelona, convocó a miles de catalanes  aireando la bandera nacional, símbolo de la unidad entre todos los españoles, reconocida y amparada por la Constitución. El lema ni descalificante ni ofensivo: “Prou. Recumperem el seny”, es el que  da título a este post. Es hora de decir basta, es hora de recuperar la sensatez. Es el momento de anteponer el bien común al interés particular. España así lo reclama. 

Así lo pedimos a la patrona de Barcelona, nuestra Señora de la Merced. Te dejo el vídeo del Papa Francisco por si quieres tener en cuenta las intenciones para este mes.




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