Posiblemente estarás al tanto de la polémica surgida a raíz de la circulación por las calles de Madrid del autobús con el lema “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen”, promovido por la asociación Hazte Oir. Por resolución judicial del Juzgado de Instrucción nº 42 de Madrid, se ha prohibido la circulación de este autobús por entender que es un menosprecio al colectivo transexual. Hazte Oir fue creada en el año 2001 con unas marcadas directrices para “proponer en la vida pública la defensa de la vida humana, de la libertad de educación, de la familia y de la libertad religiosa”.
Para situar la polémica en su justa medida, conviene precisar que esta determinación viene en respuesta a la campaña publicitaria efectuada por la asociación de familias de menores transexuales Chrysallis Euskal Herria, constituida el 8 de marzo de 2015 en San Sebastian, con los objetivos de “atención, ayuda, asesoramiento y formación a las familias de menores transexuales como al establecimiento de una red de apoyo mutuo”. En las capitales de las provincias vascas y Navarra, se han aprovechado las marquesinas de autobuses, y con el lema “Ha niñas con pene y niños con vulva. Así de sencillo” se han colocado imágenes de cuatro niños cogidos de la mano en el que dos niños tienen los órganos genitales cambiados. Las redes sociales también han sido usadas para fomentar esta campaña, que ha podido llevarse a efecto gracias a una donación anónima de 30.000 dólares procedente de un mecenas neoyorkino.
Según información aportada en la página web de esta asociación vasca, “extrapolando los datos sobre prevalencia de los estudios científicos más mencionados en Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya habría 40 menores en situación de transexualidad; según los datos de estudios más recientes podrían ser 400". Esta anomalía está reconocida por la Organización Mundial de la Salud desde 1960 como una rara enfermedad llamada Harry Benjamin (lleva el nombre del médico descubridor). Se produce a consecuencia de la alteración de un gen en el feto en la etapa de diferenciación sexual, aproximadamente 1/30.000 bebés con genotipo XY y en 1/100000 con genotipo XX tienen disparidad neurológica y anatómica, que viene a suponer casi el 1% de la población.
La enfermedad "Harry Benjamín" es lo que llevó a Charlotte Goiar (así se identifica con la prensa y en internet) a ser la primera persona que cambió de sexo, una vez que el Tribunal Supremo autorizó para superar ese trastorno genético. Fue en 2015, a la edad de 42 años, con cargo a la sanidad pública. Ha tenido una larga batalla judicial para conseguir que se le reconociese mujer. Aconsejo leer íntegramente una entrevista que le efectúa Alfonso Vasallo en Actuall.com. Destaco esta contestación a la pregunta de si se considera transexual: “Prefiero no ser definida como transexual, sino como mujer… Sólo hay dos posibilidades en la biología humana demostradas científicamente: hombre o mujer, no hay término medio, ni cinco mil identidades sexuales más como quieren hacernos creer”.
La Universidad Vanderbild y la clínica Portman de Londres han dado a conocer que cerca del 80% de niños que padecen un supuesto problema de identidad, deja de padecerlo en el transcurso de los siguientes años antes de la pubertad y vuelven a recuperar su identidad sexual biológica. El doctor Paul R. McHaug, ex jefe de psiquiatría del hospital Johns Hopkins, primero en Estados Unidos en realizar operaciones de reasignación de sexos, en un artículo en el “Wall Street Journal”, titulado “Cirugía Transgénero no es la solución” califica los cambios de sexo “biológicamente imposibles”, valorando que la transexualidad en los niños son periodos transitorios.
El tema en cuestión encierra uno de los mayores debates que se pueden suscitar. ¿Trastorno mental transitorio tratable y recuperable u operación para cambio de sexo? ¿Reconocer como algunos estudios científicos lo avalan que es una enfermedad? ¿Optar por la operación de cambio de sexo como propugnan quienes defienden que la identidad sexual puede elegirse? Está en juego la identidad sexual de niños, da igual el número.
Un argumento válido para esta disyuntiva estaría en que los padres decidan qué alternativa aplicar, pero hay leyes que no permiten elegir libremente. Una de ellas la tenemos en Madrid. Tal es la ley de Protección Integral contra la LGTBIfobia, y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual, de 3/16 de 22 de julio, aprobada en el parlamente autonómico madrileño. Esta ley en su artículo 70, apartado 4c, califica como falta muy grave "La promoción y realización de terapias de aversión o conversión con la finalidad de modificar la orientación sexual o identidad de género de una persona. Para la comisión de esta infracción será irrelevante el consentimiento prestado por la persona sometida a tales terapias". Y el artículo 72 marca las sanciones a imponer:"serán sancionadas con multa de 20.001 hasta 45.000 euros". Es decir, que si padres o personas, ya sean hombres o mujeres, quieren confiar en profesionales para tratar y superar situaciones psicológicamente traumáticas por su orientación o identidad sexual, corren el riesgo que si se produce denuncia, el profesional puede ser altamente multado.
Podríamos seguir aportando datos. Nos quedamos con los aquí mostrados. Que cada cual saque sus propias conclusiones. Las mías, desde hace ya tiempo, las tengo meridianamente claras. El tema no está cerrado. Ni mucho menos. Hay mucho que escribir.
Como viene siendo habitual desde hace unos meses, te invito en este primer post de mes a conocer el video del Papa Francisco para marzo, por si te quieres unir a esta intención.
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