domingo, 14 de julio de 2013

Educación Diferenciada, y ¿por qué no?



La idea de tratar este tema me la proporcionó un buen compañero de trabajo,  que hizo un comentario muy directo: para él, la educación diferenciada es una segregación entre los chicos y chicas por razón de sexo.  Quedamos en tratar el tema en otro momento. Y tan amigos seguimos. Faltaría más. Pensaba irónicamente si mi esposa y yo somos unos segregadores, unos acérrimos defensores  del apartheid educativo, sin habérnoslo propuesto por cursar estudios nuestras hijas en un colegio de educación diferenciada.

Por si no estás muy al corriente del significado de esta forma de enseñanza cito la definición aportada por Joseba Barturen,  asesor escolar, licenciado en Psicopedagogía,  máster en Neuropsicología  y Educación, profesor en el C.U. Villanueva (Adscrito a la Universidad Complutense): “ Podemos decir que se entiende por educación diferenciada a un modelo de agrupamiento de los alumnos, ya sea en un colegio, un aula, o una asignatura, según su sexo, con el objetivo de educarles teniendo en cuenta las características peculiares de cada sexo”. 

Y  la razón de esta separación se debe a aspectos meramente  cognoscitivos propios de la diferencia de sexos. La mujer aprende y comprende la realidad de modo diferente al hombre. Ella es más intuitiva y él  más lógico. Y la mujer desde el plano físico y psicológico madura antes que el hombre. Está demostrado en la psicología evolutiva y biológica. La educación diferenciada, podríamos decir, se encarga de consolidar esos modos diferentes de ser, atendiendo a la educación integral de la persona. El colegio, no es, no tiene que ser necesariamente, el lugar donde se produzca la socialización mixta; ésta la proporcionarán las amistades  que se van creando entre jóvenes, que no tienen que ser entre los propios compañeros. 

Nada de segregación, nada de discriminación; opción educativa perfectamente legítima. Para los detractores de la enseñanza distinguiendo sexos ofrezco estos textos extraídos  del  art. 2 de la Convención de la Unesco relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza, firmado entre otros muchos países por España: “no será considerada como discriminación (…) la creación o mantenimiento de sistemas o establecimientos de enseñanza separados para los alumnos de sexo masculino y para los de sexo femenino, siempre que esos sistemas ofrezcan facilidades equivalentes de acceso a la enseñanza (…)”. 


La educación diferenciada está extendida por el mundo, y a la vista de los resultados académicos los países verdaderamente preocupados por las futuras generaciones van incluyendo este tipo de educación en sus sistemas de enseñanza. Así, los colegios públicos que diferencias por sexo en EEUU han pasado de una docena en 2002 a cerca de 500 en la actualidad, según la National Association for Single Sex Public Education. En países como Irlanda –con una 40% de colegios de educación diferenciada- y Reino Unido nadie cuestiona el éxito de esta fórmula. La lista anual que recoge los 500 mejores colegios en Inglaterra muestra que en las escuelas públicas más del 70% de las “top ten” son de educación diferenciada.

En España existen unos 150 centros de enseñanza diferenciada –unos 100.000 alumnos, el 1,5% de los escolares-, de los que unos 60 están subvencionados por el Estado. Lejos de tolerar la implantación de estos centros, hay Consejerías autonómicas de Educación que con una clara persecución ideológica no cesan de buscar subterfugios legales para perseguir los derechos de los centros educativos y padres que promueven este tipo de educación.  

Recientemente el Tribunal Supremo ha  dictado dos sentencias sobre la retirada del concierto a centros que diferencian la educación por sexo en Andalucia y Cantabria. En la resolución se afirma que “nadie puso en duda la legitimidad del sistema de educación diferenciada; cuestión distinta es que a partir de la entrada en vigor de la L.O.E. de 2006 (Ley Orgánica aprobada por el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero), sea posible que esos centros privados puedan tener la condición de concertados, cuando expresamente en el régimen de admisión de alumnos se prohíbe la discriminación por razón de sexo”.  El Alto Tribunal admite la legitimidad de la educación diferenciada –como no podía ser de otro modo-; sin embargo,  la sentencia asiente por llamarlo de alguna manera que las Consejerías de Comunidades Autónomas gobernadas por unas ideologías determinadas,  puedan retirar la ayuda económica que les corresponde, con lo que se aboca a estos colegios a convertirse en colegios privados, y a los padres a realizar un esfuerzo económico –o sencillamente inalcanzable- para matricular a sus hijos. Es un “estrangulamiento” económico que deriva en la desaparición de colegios antes concertados, y en la imposibilidad de que los padres, por cuestiones económicas, no puedan ofrecer a sus hijos una enseñanza perfectamente regulada en el art. 27 de la Constitución, que consagra el derecho a la libertad de enseñanza.

La educación diferenciada no es un sistema para familias ricas. Existen muchos más padres con un poder adquisitivo superior que llevan a sus hijos a colegios públicos. Es una elección perfectamente respetable. Que existan colegios de educación diferenciada concertados no significa que el Estado caprichosamente financie este tipo de educación; sino que permite que las limitaciones económicas no impida a las familias que lo deseen  ejercer el derecho reconocido por la Carta Magna.

Si consideramos fracasado el sistema educativo español, donde más del 30% de los alumnos no consiguen terminar los estudios obligatorios, que los jóvenes españoles son los peores preparados de todos los países de la OCDE, a pesar de la promulgación de leyes como la Ley de Reforma Universitaria, LOSE, LOGSE, se hace incomprensible que no se facilite un tipo de educación que tan buenos resultados está ofreciendo.

En el fondo la controversia entre enseñanza pública o privada, educación mixta o diferenciada, no se debe a concepciones propias de enseñanza sino a estereotipos creados por el anacrónico ideario anticlericalidad muy propio de la mentalidad española. Tal vez se haga preciso reseñar para los que desconozcan el origen de la enseñanza, que gracias al esfuerzo de la Iglesia por la formación integral de las personas se crearon las Universidades –la primera la de Salamanca, en 1254-, estableciendo un modelo de enseñanza que influyó considerablemente en las universidades  modernas y, gracias al afán renovador de aquélla época, abriendo estudios superiores a los laicos.

Obsequio el final de este post con un video que crearon profesoras y alumnas  -entre las que se encuentran mis dos hijas, del colegio Senara, un colegio en el barrio madrileño de Moratalaz, con un predominio de clase media sin grandes alardes económicos, con un éxito anual de 100% en exámenes de Selectividad. Ya lo colgué el pasado año creo recordar. Ahora lo “recuelgo” –disculparme la palabra- porque entiendo que viene muy a propósito para el tema del que me he ocupado.


¡Feliz verano!   
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2 comentarios:

  1. La Educación Diferenciada funciona porque atiende a la diferencia de ambos sexos. La Educación Diferencia no es elitista, en Andalucía hay claros ejemplos (centros de las Hermanas de la Cruz, situados en barrios obreros, en el campo...) La Educación Diferenciada tiene buenos resultados académicos y escaso abandono escolar. La Educación Diferenciada es legal, no discriminatoria y constitucional. Pero sobre todo es una opción más para los padres, a la que debemos poder acceder todos. Yo sólo pido que respeten mi derecho y recuerdo que yo con mis impuestos pago la educación de mis hijos, yo con mis impuestos pago la Educación Diferenciada.

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    1. Muchas gracias Gemma por tu comentario y por estar a favor de la libertad de enseñanza, y por constatar los buenos resultados de la Educación Diferenciada. Efectivamente, los presupuestos se confeccionan de los impuestos directos e indirectos de todos los españoles. También los padres que elegimos la Educación Diferenciada para nuestros hijos contribuimos a cubrir las partidas dedicadas a la educación pública, que no es gratuita como se piensa, porque sabido es que la recaudación del Estado siempre va en función del contribuyente.

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